El consumidor español puede estar tranquilo. Nuestro país cuenta con un robusto sistema de control y vigilancia para garantizar la seguridad de los alimentos que llegan a la mesa.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es el organismo público encargado de esta importante tarea, adscrito al Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Creada en 2001, la AESAN tiene como misión «garantizar el más alto grado de seguridad alimentaria y promover la salud de los ciudadanos mediante una nutrición saludable». Este organismo trabaja en coordinación con otras instituciones europeas, formando parte de la red encabezada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.
Un indicador significativo de la efectividad del sistema español de seguridad alimentaria es el funcionamiento de su sistema de alertas. Según datos recientes, las alertas alimentarias disminuyeron en España cerca de un 8% en 2023, registrándose aproximadamente 180 notificaciones serias. La mayoría de estas alertas (85%) condujeron a medidas inmediatas como la destrucción, prohibición de comercio o retirada del consumo de los productos afectados.
El Sistema europeo de Alerta Rápida sobre Alimentos y Piensos (Rasff) identifica que las principales causas de alertas en España están relacionadas con:
- La detección de microorganismos patógenos, especialmente salmonella y listeria
- La presencia de residuos de plaguicidas
- El hallazgo de sustancias no declaradas o cuerpos extraños en los alimentos
La AESAN realiza una labor exhaustiva de control a lo largo de toda la cadena alimentaria. Según el último informe anual de 2023, se contabilizaron 612.366 establecimientos alimentarios y se realizaron 520.380 controles para verificar el cumplimiento de la normativa en seguridad alimentaria, lo que supone un incremento de cerca de 30.000 controles respecto al año anterior. El promedio de cumplimiento de los requisitos de seguridad alimentaria alcanzó el 77,5%.
Para los casos de incumplimiento, se adoptaron 72.471 medidas administrativas y 82 medidas judiciales, lo que refleja un aumento en la actividad correctiva y sancionadora respecto a años anteriores.
El rol de las Certificadoras en la Seguridad Alimentaria
En el ecosistema de la seguridad alimentaria, las entidades certificadoras desempeñan un papel fundamental como garantes independientes que verifican el cumplimiento de los estándares de calidad e inocuidad. Las certificaciones de productos agroalimentarios se han convertido en herramientas esenciales que aseguran la sostenibilidad, la calidad y garantizan la trazabilidad a lo largo de toda la cadena de suministro. En Certicar AGRO, con más de 20 años de experiencia en el sector, contribuimos a fortalecer la confianza de los consumidores en los productos que adquieren. Mediante rigurosos procesos de auditoría y verificación, aseguramos que los alimentos cumplen con los requisitos legales y con estándares adicionales de calidad que pueden ir más allá de las exigencias normativas básicas.
La certificación aporta múltiples beneficios tanto para productores como para consumidores:
- Para los productores, representa una ventaja competitiva y un valor añadido que diferencia sus productos en el mercado, facilitando además el acceso a mercados internacionales con altos estándares de exigencia.
- Para los consumidores, constituye una garantía de que los productos que consumen cumplen con determinados estándares de calidad, seguridad y, en muchos casos, sostenibilidad ambiental.
- Para la sociedad en general, contribuye a la construcción de un sistema alimentario más transparente, sostenible y responsable.
Desafíos y perspectivas futuras
A pesar de los muchos avances en materia de seguridad alimentaria, persisten importantes desafíos; El cambio climático, la globalización de las cadenas de suministro, la aparición de nuevos patógenos y contaminantes, y la creciente demanda de alimentos para una población mundial en aumento, plantean escenarios complejos que requieren respuestas innovadoras y colaborativas. En este contexto, la digitalización y las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades sin precedentes para mejorar la trazabilidad, la transparencia y la eficiencia en el control de la seguridad alimentaria. Sistemas basados en blockchain, inteligencia artificial y análisis de big data están revolucionando la forma en que se monitoriza y garantiza la seguridad de los alimentos a lo largo de toda la cadena de valor.
La seguridad alimentaria representa mucho más que un conjunto de normas técnicas; constituye un derecho fundamental y un pilar indispensable para el bienestar social. España, a través de organismos como la AESAN y con la colaboración de entidades certificadoras especializadas, mantiene un sistema robusto que garantiza altos estándares de calidad e inocuidad en los alimentos que consumimos. Es, en definitiva, una responsabilidad compartida que requiere el compromiso y la colaboración de todos los actores involucrados en la cadena alimentaria, desde el campo hasta la mesa, para garantizar que los alimentos que consumimos sean no solo nutritivos y accesibles, sino también seguros y sostenibles. En este contexto, la labor de los Laboratorios de Control Oficial y los sistemas de acreditación resulta vital para mantener estándares elevados. La correcta gestión de residuos de plaguicidas, el control de contaminantes químicos y biológicos, y el cumplimiento de normativas europeas actualizadas (como la ISO 7218:2025 para análisis microbiológicos), son solo algunos de los puntos críticos que deben abordarse con rigor y actualización constante.
En línea con estos objetivos, las Jornadas de Referencia del Centro Nacional de Alimentación (CNA), organizadas por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), representan un encuentro anual de gran valor técnico. Celebradas este año el 10 de junio en Majadahonda, estas jornadas reúnen a especialistas de laboratorios de referencia, entidades de acreditación y autoridades sanitarias para compartir avances y buenas prácticas.
Entre los temas tratados destacan la gestión de residuos de medicamentos veterinarios, la situación actual del control oficial de alérgenos, y la actualización de las actividades europeas sobre materiales en contacto con alimentos y residuos de plaguicidas. Estos aspectos, aunque centrados en la operación técnica de laboratorios, tienen una repercusión directa en la calidad y fiabilidad de los productos agroalimentarios, lo que resulta de especial interés para operadores y productores certificados.
La participación de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) y de la Subdirección General de Control Oficial y Alertas refuerza el carácter estratégico de estas jornadas, consolidándolas como un foro imprescindible para quienes, desde distintos ámbitos, contribuyen a mejorar el control y la seguridad de los alimentos en España.