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El protocolo de «Comportamiento adecuado» en el sistema de bienestar animal Welfair® es la base para asegurar que los animales puedan expresar sus comportamientos naturales, lo cual es un indicador clave de su bienestar. Este protocolo se centra en evaluar si el entorno en el que se encuentran los animales les permite expresar sus comportamientos.  

Es esencial que los animales tengan el espacio y las condiciones necesarias para realizar actividades inherentes a su especie. Por ejemplo, en el caso de los cerdos, deben tener materiales como paja o tierra donde puedan hozar, una conducta natural que reduce el estrés y mejora su bienestar.

La interacción con otros animales también puede ser vital para muchas especies. El protocolo asegura que los animales puedan tener contacto social adecuado, evitando el aislamiento que puede llevar a problemas de comportamiento y salud emocional. En el caso de las vacas, por ejemplo, es importante que puedan interactuar en grupos para mantener una jerarquía social saludable.

Se monitorean y gestionan los comportamientos anormales, como la agresividad excesiva o la automutilación, que pueden ser indicativos de un entorno inadecuado o estrés. Estos comportamientos deben ser identificados y corregidos mediante mejoras en el manejo y el entorno.

Los auditores de Welfair® llevan a cabo evaluaciones detalladas observando directamente el comportamiento de los animales. Utilizan indicadores específicos para medir la frecuencia y la calidad de los comportamientos naturales y sociales. Por ejemplo, se observa la cantidad de tiempo que los animales dedican a actividades como el juego, la alimentación y el descanso en condiciones libres de estrés.

Implementar el protocolo de «Comportamiento adecuado» no solo mejora la calidad de vida de los animales, sino que también puede aumentar la productividad y la calidad de los productos o alimentos de origen animal. Animales menos estresados y más saludables son más productivos y tienen una mejor calidad de carne y leche, por ejemplo. Además, cumplir con estos estándares mejora la percepción pública de la granja, favoreciendo el acceso a mercados que valoran el bienestar animal.