En la vanguardia del bienestar animal, la certificación Welfair® emerge como un distintivo de excelencia para las empresas del sector ganadero, reflejando no solo un compromiso ético con los animales sino también un esfuerzo por alinear prácticas empresariales con las expectativas de una sociedad cada vez más consciente y demandante de responsabilidad social. Entender a fondo los protocolos de evaluación Welfair® es, sin duda, el primer y más crucial paso para las empresas que aspiran a esta certificación.
Validados científicamente a través de los proyectos Welfare Quality y Awin®, los protocolos de evaluación de la certificación Welfair® están diseñados para asegurar que todas las facetas del bienestar animal sean contempladas y gestionadas adecuadamente.
Para ello, el papel del auditor en el proceso de certificación Welfair® es fundamental. La observación directa de los animales es la que les da las claves sobre su estado y condiciones de vida. Esta observación meticulosa permite evaluar si realmente se están cumpliendo los protocolos establecidos y si las prácticas de manejo alineadas con los principios de Welfair® están siendo efectivamente implementadas, teniendo en cuenta diferentes parámetros según la especie.
En las granjas, los protocolos se estructuran alrededor de cuatro principios fundamentales que definen la calidad de vida de los animales en entornos productivos: buena alimentación, buen alojamiento, buena salud y comportamiento apropiado. La implementación exitosa de estos principios no solo contribuye a la sostenibilidad y ética empresarial, sino que también resalta la importancia de cada granja en la protección y promoción del bienestar animal.
- Buena alimentación
La alimentación adecuada es la piedra angular del bienestar animal. Se trata de garantizar que todos los animales tengan acceso a agua y alimentos que satisfagan sus necesidades nutricionales específicas, promoviendo un estado de salud óptimo y un crecimiento adecuado. Exige calidad, adecuación y un enfoque proactivo hacia la gestión de la alimentación que considera las necesidades individuales de cada animal. Los protocolos Welfair® insisten en sistemas de alimentación que no solo satisfacen las necesidades nutricionales básicas de los animales, sino que también promueven prácticas que imitan sus patrones de alimentación naturales. Esto incluye el acceso constante a agua fresca y una dieta balanceada que fomente su salud y bienestar general.
- Buen alojamiento
Este principio abarca la necesidad de proporcionar un espacio suficiente, seguro y cómodo que permita a los animales expresar comportamientos naturales. Incluye aspectos como la ventilación, la temperatura, la humedad y la protección contra enfermedades, extremos climáticos y predadores, asegurando que el entorno contribuya positivamente al bienestar físico y emocional de los animales. El alojamiento adecuado va más allá de ofrecer refugio; se trata de crear un entorno que permita a los animales expresar comportamientos naturales esenciales para su bienestar. Esto significa proporcionar suficiente espacio, instalaciones que faciliten el descanso, la socialización y el ejercicio, así como condiciones ambientales óptimas que eviten el estrés y promuevan una vida saludable.
- Buena salud
La salud animal es un reflejo directo de las prácticas de manejo y cuidado implementadas por la granja. Los protocolos de Welfair® abogan por una vigilancia proactiva de la salud animal, incluyendo prevención de enfermedades, atención veterinaria oportuna y manejo adecuado de cualquier afección, asegurando así que los animales se mantengan en un estado óptimo de salud a lo largo de su vida productiva.
- Comportamiento apropiado
El último principio, pero no por ello menos importante, se centra en el comportamiento apropiado. Este aspecto evalúa si los animales pueden participar en actividades esenciales para su bienestar psicológico, como el juego y la exploración. El entorno debe estimular su curiosidad y permitir interacciones sociales positivas, contribuyendo a un estado general de bienestar emocional y físico.
El enfoque, basado en la evidencia observable, asegura que la certificación no solo se base en reportes o registros, sino en la realidad tangible del bienestar de los animales en su entorno diario. Así, la observación no es solo una tarea, sino el eje central del proceso de evaluación, garantizando que las normas de bienestar se apliquen de manera justa y rigurosa. Este compromiso con la observación detallada refleja la seriedad y profundidad de la certificación Welfair®, subrayando su credibilidad y el valor real que aporta a la industria ganadera.
El paso inicial hacia la certificación Welfair® requiere que las granjas realicen una autoevaluación rigurosa de sus prácticas actuales en relación con estos cuatro principios fundamentales. Esta introspección no solo revela áreas de fortaleza y oportunidad, sino que también establece un marco para el desarrollo e implementación de mejoras continuas en bienestar animal. La autoevaluación debe ser honesta y exhaustiva, sirviendo como una herramienta crítica para alinear las operaciones internas con los estándares de bienestar de Welfair®.
La comprensión y aplicación efectiva de estos protocolos de evaluación no solo facilitan el camino hacia la certificación Welfair®, sino que también significan un compromiso real y tangible con el bienestar animal. Este esfuerzo mejora, sin duda, la calidad de vida de los animales, pero también refuerza la imagen de la granja, su ética y su sostenibilidad a largo plazo. Al adherirse a estos principios, las granjas no solo cumplen con una normativa, sino que también se posicionan como líderes en la promoción de un futuro más ético y sostenible en la industria ganadera.