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La «Buena salud» es uno de los principios clave en los protocolos Welfair® y se centra en mantener a los animales en un estado óptimo de salud a través de prácticas de manejo efectivas. Este protocolo aboga por la prevención de enfermedades, la atención veterinaria oportuna y el manejo adecuado de cualquier afección, asegurando el bienestar integral de los animales:

  1. Prevención de enfermedades:

La prevención de enfermedades es un componente esencial del protocolo de «Buena salud» en el bienestar animal. Implica la implementación de programas adecuados de vacunación y control de parásitos.

El desarrollo de un calendario de vacunación adecuado para cada especie es fundamental. Las vacunas protegen a los animales contra enfermedades infecciosas comunes, reduciendo la incidencia de brotes que pueden afectar el bienestar y la productividad de la granja. Estas vacunas se administran en etapas específicas del desarrollo de los animales, garantizando una inmunización efectiva.

Los programas de control de parásitos internos y externos son igualmente importantes. Los parásitos pueden causar una variedad de problemas de salud, desde pérdida de peso hasta enfermedades más graves. Para prevenir esto, se utilizan desparasitantes regulares y se implementan prácticas de manejo que reducen el riesgo de infestaciones, como la limpieza regular de las instalaciones y el manejo adecuado de los residuos.

Además, se fomenta la implementación de buenas prácticas de bioseguridad, como la cuarentena para animales nuevos o enfermos, y la capacitación continua del personal en técnicas de manejo y cuidado de la salud animal. Estas medidas preventivas no solo minimizan los riesgos de enfermedades, sino que también contribuyen a un entorno más saludable y productivo, asegurando que los animales mantengan una buena salud y bienestar a largo plazo.

  • Atención veterinaria:

La atención veterinaria regular es fundamental para garantizar el bienestar animal dentro del protocolo de «Buena salud». Este enfoque incluye varias prácticas esenciales como el monitoreo regular y un tratamiento oportuno. Así, los servicios veterinarios proporcionan monitoreos periódicos de la salud de los animales, evaluando su estado físico y detectando tempranamente cualquier signo de enfermedad. Esto permite una intervención rápida y eficiente, previniendo la propagación de enfermedades y reduciendo el sufrimiento animal.

De este modo, ante la detección de problemas de salud, los veterinarios pueden administrar tratamientos adecuados de manera inmediata. Este enfoque proactivo minimiza el impacto de las enfermedades, logrando una recuperación rápida y efectiva.

Los veterinarios ayudan a las granjas a implementar mejores prácticas de manejo y cuidados preventivos. Asesoran sobre nutrición, higiene y estrategias de bioseguridad, asegurando que los animales vivan en condiciones óptimas. Además, los servicios veterinarios juegan un papel importante en la capacitación del personal de la granja. A través de formaciones regulares, el personal puede aprender a identificar signos de enfermedad y aplicar tratamientos básicos, contribuyendo así al mantenimiento de la salud animal.

El acceso regular a servicios veterinarios no solo mejora la calidad de vida de los animales, sino que también asegura el cumplimiento de los estándares de bienestar establecidos por el protocolo Welfair®, elevando el prestigio y la sostenibilidad de las granjas certificadas.

  • Manejo adecuado:

Este enfoque se centra en estrategias que promuevan tanto la salud física como emocional de los animales, y que abarcan aspectos relacionados con el resto de los protocolos Welfair.

Así, una de las estrategias principales es mantener un entorno limpio y seguro para los animales, limpiando regularmente las instalaciones, desinfectando las áreas comunes y manejando adecuadamente los residuos. Un entorno limpio reduce la incidencia de enfermedades y parásitos, mejorando la salud general de los animales. También lo es proporcionar una dieta balanceada y nutritiva. Los animales deben tener acceso constante a agua limpia y alimentos que cumplan con sus necesidades nutricionales específicas. Una alimentación adecuada es esencial para el crecimiento, la producción y el bienestar general.

La interacción regular y positiva con los cuidadores también es importante. La implementación de protocolos específicos para el manejo de cada especie asegura que las necesidades particulares de cada animal sean satisfechas. Estos protocolos incluyen directrices detalladas sobre cómo manejar diferentes situaciones, desde el parto hasta la separación de animales.

Durante las auditorías de Bienestar Animal, los auditores realizan observaciones directas de los animales para evaluar su estado de salud, identificando signos de enfermedad y asegurando que las prácticas de manejo estén alineadas con los estándares establecidos. La observación incluye el análisis de indicadores como la condición corporal, la movilidad y el comportamiento, garantizando una evaluación integral del bienestar animal. Un ejemplo concreto es la evaluación de la movilidad. Los auditores observan cómo los animales se desplazan en su entorno, identificando cojeras o dificultad para moverse. Si se diera el caso, podría indicar problemas articulares o de aplomos. También revisan la condición corporal, evaluando si los animales están en un estado nutricional adecuado, sin signos de malnutrición ni obesidad, reflejando un manejo alimenticio correcto y equilibrado. Otro aspecto a observar es el comportamiento, donde se ve si los animales muestran señales de estrés o comportamientos anormales, como el aislamiento o la agresividad, que podrían indicar problemas de manejo o enfermedades.

Estos indicadores permiten a los auditores asegurar que se cumplen los estándares de bienestar animal establecidos por el protocolo Welfair®.